El bosque encantado

Había una vez un bosque bellísimo, con muchos árboles y flores de todos
colores que alegraban la vista a todos los chicos que pasaban por ahí.

Todas las tardes, los animalitos del bosque se reunían para jugar.
Los conejos, hacían una carrera entre ellos para ver quién llegaba a la meta.
Las hormiguitas hacían una enorme fila para ir a su hormiguero.
Los coloridos pájaros y las brillantes mariposas se posaban en los arbustos.
Todo era paz y tranquilidad.

Hasta que... un día, los animalitos escucharon ruidos, pasos extraños y se
asustaron muchísimo, porque la tierra empezaba a temblar.

De pronto, en el bosque apareció un brujo muy feo y malo, encorvado y viejo,
que vivía en una casa abandonada, era muy solitario, por eso no tenía ni
familiares ni amigos, tenía la cara triste y angustiada, no quería que nadie
fuera feliz, por eso... cuando escuchó la risa de los niños y el canto de
los pájaros, se enfureció de tal manera que gritó muy fuerte y fue corriendo en
busca de ellos.

Rápidamente, tocó con su varita mágica al árbol, y éste, después de varios
minutos, empezó a dejar caer sus hojas y luego a perder su color verde pino.
Lo mismo hizo con las flores, el césped, los animales y los niños.

Después de hacer su gran y terrible maldad, se fue riendo, y mientras lo hacía
repetía: - ¡Nadie tendrá vida mientras yo viva!

Pasaron varios años desde que nadie pisaba ese oscuro y espantoso lugar,
hasta que una paloma llegó volando y cantando alegremente, pero se asombró
muchísimo al ver ese bosque, que alguna vez había sido hermoso, lleno de
niños que iban y venían, convertido en un espeluznante bosque.

- ¿Qué pasó aquí?... Todos perdieron su color y movimiento... Está muy
tenebroso ¡Cómo sí fuera de noche!... Tengo que hacer algo para que éste
bosque vuelva a ser el de antes, con su color, brillo y vida... A ver,
¿Qué puedo hacer? y después de meditar un rato dijo: ¡Ya sé!

La paloma se posó en la rama seca de un árbol, que como por arte de magia,
empezó a recobrar su color natural y a moverse muy lentamente. Después se
apoyó en el lomo del conejo y empezaron a levantarse sus suaves orejas y,
poco a poco, pudo notarse su brillante color gris claro.

Y así fue como a todos los habitantes del bosque les fue devolviendo la vida.
Los chicos volvieron a jugar y a reír otra vez, ellos junto a los animalitos
se lo agradecieron mucho, a la paloma, pues, fue por ella que volvieron a la
vida.
La palomita, estaba muy feliz y se fue cantando.
¡Y vino el viento y se llevó al brujo!

Fin


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