Sammy, el heladero,
es un pingüino feliz y gordito,
vive en su patria de hielo,
vendiendo helado y empujando su carrito.
Los helados que Sammy vende,
los hace con agua y con risa.
A veces le pone leche, nueces molidas
y un poco de pizca.
Sammy un día partió al Africa
empujando su carrito,
los animales salvajes comieron helado
y quedaron fresquitos.
Para el león, helado de limón;
para el tigre feroz, helado con arroz;
para el elefante, un helado gigante;
para toda la familia, un helado de vainilla
Sammy, el heladero, quiso volver
a su patria de hielo,
los animales salvajes del Africa
lo tomaron prisionero.
Sammy, en su calabozo, lloraba, gritaba
y pataleaba, y a los helados le echaba
clavos molidos y pimienta mojada.
Pero, por fin, lo soltaron
porque se cansaron de oírle sus gritos
y Sammy el heladero volvió a su patria,
empujando su carrito.
Para el león, helado de limón;
para el tigre feroz, helado con arroz;
para el elefante, un helado gigante;
para toda la familia, un helado de vainilla.